Quinquela Martín

miércoles, 1 de julio de 2020

Vergüenza de Gabriela Mistral

Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa como la hierba a que bajó el rocío, y desconocerán mi faz gloriosa las altas cañas cuando baje al río.
Tengo vergüenza de mi boca triste, de mi voz rota y mis rodillas rudas; ahora que me miraste y que viniste, me encontré pobre y me palpé desnuda.
Ninguna piedra en el camino hallaste más desnuda de luz en la alborada que esta mujer a la que levantaste, porque oíste su canto, la mirada.
Yo callaré para que no conozcan mi dicha los que pasan por el llano, en el fulgor que da a mi frente tosca en la tremolación que hay en mi mano…

Es noche y baja a la hierba el rocío; mírame largo y habla con ternura, ¡que ya mañana al descender al río lo que besaste llevará hermosura!

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