Voy hacia ti. Derribo los cerrojos
que guardan tu morada. Entreabro puertas
que dan a salas frías y desiertas
solo encendidas por celajes rojos.
que guardan tu morada. Entreabro puertas
que dan a salas frías y desiertas
solo encendidas por celajes rojos.
La memoria me guía, de tus ojos
la luz de tus verdades encubiertas,
y tiemblan celosías casi muertas
cuando voy tras tu soplo y tus sonrojos.
la luz de tus verdades encubiertas,
y tiemblan celosías casi muertas
cuando voy tras tu soplo y tus sonrojos.
Dónde estás, dónde estás, tú, la que ansío,
forma de mi desvelo y mi vacío
susurrando en mis últimas estancias.
Dura carne de amor en el
espejoforma de mi desvelo y mi vacío
susurrando en mis últimas estancias.
donde vives dormida entre distancias
entregándome sólo tu reflejo.
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