Pasaron varias semanas desde aquella primera cita y la relación florecía. Cada encuentro estaba lleno de risas, conversaciones profundas, proyectos y una pasión encendida. Sin embargo, Laura sospechaba que algo no estaba bien, él nunca se quedaba a dormir. En algún momento de la noche se vestía y se iba, a pesar de los pedidos de Laura, él se marchaba sin dar más explicaciones. Ella sentía que Daniel guardaba un secreto que tendría que revelar.
Una
tarde, mientras paseaban, Laura le dijo que antes de seguir comprometiéndose en
la relación, era el momento adecuado para que le dijera porque nunca pasaban unas
noches juntos. La pregunta provocó un ambiente cargado. Deteniéndose y
tomándola de las manos Daniel le dijo que había algo importante que necesitaba
decirle. Laura lo miró con curiosidad y un poco de preocupación, quería saber
que estaba pasando. Daniel respiró hondo, sabiendo que sus siguientes palabras
podrían cambiar todo entre ellos. Empezó diciendo que antes de conocerla su
vida era bastante complicada, estaba viviendo con su esposa, pero estaban
separados desde hace más de un año. Habían intentado solucionar las cosas pero
ya no había amor entre ellos, solo seguían compartiendo la casa por razones
prácticas y para no alterar demasiado la vida de sus hijos.
Laura
sintió un nudo en el estómago, la noticia la tomó por sorpresa y necesitó unos
segundos para procesarla, trataba de mantenerse calma, pero sin ocultar su ira
le preguntó porque no se lo había dicho antes. Daniel le respondió que no
quería ocultárselo, simplemente no sabía cómo decirlo sin arruinar lo que tenían,
ella significaba mucho para él y se lo contaba porque no podía seguir esta
relación sin ser honesto con ella. Laura, muy alterada, le preguntó hasta
cuando iban a seguir así, sin contarle la verdad, miró a Daniel a los ojos buscando
la sinceridad en su mirada, sabía que sus sentimientos por él eran fuertes,
pero también entendía que esta revelación complicaba las cosas. Él permaneció
callado mientras ella le decía que apreciaba mucho que se lo haya contado, pero
que esto cambiaba todo y necesitaba tiempo para pensar. Daniel aceptó, solo quería
que supiera que la amaba y que estaba dispuesto a hacer lo que sea necesario
para estar con ella, de la manera correcta.
Laura
se apartó necesitando espacio para reflexionar, los días que siguieron fueron
difíciles. Ella se debatía entre sus sentimientos por Daniel y lo complicado de
su situación. Finalmente decidió hablar con su mejor amiga, quien siempre había
sido su consejera y confidente. Le confesó que no sabía qué hacer, amaba a Daniel,
pero su situación era muy complicada ¿Cómo podía estar con él, sabiendo que aún
vivía con su esposa, aunque estén separados? Le preguntó con lágrimas en los
ojos. Su amiga la abrazó dándole consuelo, el amor nunca es fácil, le dijo, pero
si sentís que él es sincero y que realmente quiere estar con vos, tal vez valga
la pena intentarlo. Solo asegúrate de que esté dispuesto a solucionar su
situación antes de que puedan seguir adelante.
Con
el consejo de su amiga en mente, Laura decidió que necesitaba hablar con Daniel
una vez más. Lo citó en un café tranquilo, dispuesta a expresar sus sentimientos
y preocupaciones. Cuando se encontraron ella abrió su corazón, lo amaba, pero
no podía estar con él mientras siguiera viviendo con su esposa Necesitaba saber
que él, estaba dispuesto a dar ese paso, y resolver la situación antes de que pudieran
seguir adelante. Daniel tomó su mano, mirándola con determinación le aseguró
que ella era lo más importante de su vida. Estaba dispuesto a tomar las decisiones
necesarias. No dudó en afirmarle que hablaría
con su esposa para que ellos pudieran estar juntos de la manera que se merecían.
Laura sintió una mezcla de alivio y esperanza, sabía que no iba a ser fácil,
pero con la promesa de Daniel decidió darle una oportunidad a su amor,
confiando en que juntos podrían superarlo.
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