Quinquela Martín

miércoles, 18 de junio de 2025

Un amor sin salida "el préstamo" de Alejandro Nisim Joaquin

 

A pesar de todos los desafíos que habían enfrentado juntos, parecía que las dificultades nunca terminaban. Una tarde Daniel llegó a la casa de Laura con una expresión de desesperación que ella no había visto en mucho tiempo, mientras entraba lo miró, sintiendo una punzada de preocupación. Él se sentó frente a ella, tomó aire y comenzó a explicarle que debido a las continuas manipulaciones de la familia de Claudia, había perdido un negocio muy importante. Ellos habían saboteado el acuerdo, y ahora los inversores lo estaban acusando de fraude. Tenía que devolver el dinero en diez días, sino, iban a presentar cargos en su contra por estafa. Necesitaba una suma de dinero considerable para evitar ir a la cárcel.

Laura lo miró con una mezcla de incredulidad y compasión, sabía que Daniel había estado luchando contra la influencia de Claudia y su familia desde hace mucho tiempo, pero esto parecía una situación aún más grave. Le preguntó cuánto dinero necesitaba, Daniel tragó saliva y mirándola a los ojos le dijo cien mil dólares, que era una cantidad enorme y no quería ponerla en esa situación, pero no tenía a quién más recurrir. Ella se quedó en silencio, procesando la magnitud de la situación. Daniel estaba desesperado y había hecho todo lo posible para mantenerse a flote. Si conseguir ese dinero significaba evitar que Daniel vaya a la cárcel y proteger su amor, entonces Laura haría lo necesario para conseguirlo. Él la miró con profunda gratitud y alivio, no sabía cómo agradecérselo. Le prometió que encontraría la manera de devolverle el dinero, no iba permitir que saliera perjudicada por esto.

Laura, aunque en su interior sabía que conseguir esa suma de dinero no sería fácil, decidió no pensar en las dificultades y concentrarse en ayudarlo. Durante los siguientes días trabajó incansablemente para reunir el dinero, vendió algunas de sus pertenencias valiosas, pidió préstamos a amigos cercanos y familiares, e incluso habló con su jefe para obtener un adelanto significativo de su salario. La cantidad que necesitaba aún parecía inalcanzable, pero no estaba dispuesta a rendirse. Finalmente, a solo un día del plazo, su mejor amiga le prestó una considerable suma, lo suficiente para conseguir los cien mil dólares.

Con el corazón acelerado fue en busca de Daniel,  esperaba que entregándole el dinero solucione el problema y pudiera volver a encaminar su vida. Él la abrazó con fuerza y con sus ojos llenos de lágrimas de agradecimiento. Le prometió que haría todo lo posible para solucionar la situación y devolverte cada centavo. Con el dinero en mano Daniel se retiró.

Pasaron varios meses y la tensión en la vida de Laura seguía aumentando, a pesar de su amor por Daniel, las dificultades financieras y las promesas incumplidas comenzaron a pesar en su relación. Una tarde, su mejor amiga la llamó para pedirle que se encontraran en una cafetería cercana. Cuando Laura llegó, su amiga la esperaba con una expresión seria, se saludaron y se sentaron, Mónica fue directa al grano, necesitaba hablar sobre el dinero que le había prestado para ayudar a Daniel. Habían pasado varios meses y aún no había recibido ni un centavo de vuelta, entendía la situación difícil que estaban pasando, pero necesitaba esos dólares de regreso. Laura sintió una sensación de culpabilidad y preocupación. Sabía que Mónica tenía razón, pero también estaba consciente de las dificultades que Daniel estaba enfrentando, sin embargo decidió afrontar la situación con honestidad, entendía completamente la preocupación de su amiga y lamentaba mucho que esto haya tomado tanto tiempo. Había hablado con Daniel al respecto y le aseguró que devolvería el dinero pronto. Tuvo algunos problemas con sus negocios, pero estaba segura de que cumplirá con su promesa. Mónica la miró con decepción, Laura era su mejor amiga y confiaba en ella, pero demandaba que entendiera que ella también tenía sus propios problemas financieros, no podía esperar indefinidamente y necesitaba ese dinero lo antes posible, Laura accedió, sintiendo la presión y la responsabilidad de resolver la situación.  

Esa noche decidió enfrentar a Daniel de manera más firme. Cuando llegó, Laura lo esperaba en la sala con el rostro serio. Le contó la charla que había tenido con Mónica, necesitaban devolverle esos dólares de inmediato, no podía seguir dándole excusas. Daniel suspiró y se pasó la mano por el cabello, visiblemente agobiado, no anduvo con vueltas,  no podía devolver el dinero. Laura lo miró en silencio, esperando que continuara, Daniel le contó que sus negocios no estaban yendo bien, había intentado todo lo posible, pero no era suficiente, estaba en un punto que si vendiera toda su cartera de acciones no cubriría ni el 10% de la deuda, apenas podía mantenerse a flote. Laura entendía que estuviera pasando por un mal momento, pero Mónica necesita su dinero ahora, no podía seguir postergando esto, tenían que encontrar la manera de devolvérselo, incluso si eso significaba vender algunas de sus cosas o pedir ayuda a alguien más. Daniel le recordó que no era alguien que evitaba sus responsabilidades, la situación del dinero de Mónica lo dejaba abrumado por la culpa y la impotencia, había pensado en mil formas de conseguirlo, pero todas son imposibles ahora mismo. No quería perder a Laura por esto, pero ahora no podía devolverlo. Lo único que se le ocurrió es si ella pudiera tomar una hipoteca por su departamento, así le devolverían los dólares a su amiga y él se lo iría pagando en cuotas.

Laura no lo quería presionar, tomó una hipoteca por su departamento y le devolvió el dinero a Mónica, además Daniel se lo iría pagando en cuotas. No iba ser fácil para ninguno, pero prefería eso a perder a Mónica y darle más tensión a su vida.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Se ha habilitado la moderación de comentarios. El autor del blog debe aprobar todos los comentarios.