Ayer me visitó un pequeño picaflor,
el viento susurro su mensaje.
Y me dio a entender
que nunca me abandonaría.
Que estaría en algún lugar del universo.
Porque básicamente no era un picaflor.
Era su alma que me visitó,
para decirme que no llore más.
Para dejarme su último adiós.
Era la persona que amaba,
era mi persona favorita
que se había despedido.
Valentina Aguirre, poeta argentina.
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