Quinquela Martín

viernes, 26 de febrero de 2021

CINCO poemas cortos de Mario Vargas Llosa

AUNQUE DICEN


que sólo los imbéciles son felices,
confieso que me sentía feliz.
Compartir mis días y mis noches con la
niña mala
me llenaba la vida.

**

CUANDO CRECÍ

Cuando creí
que iba a perder la razón ante
tanto sufrimiento.
Así descubrí
que un ser humano no puede vivir
sin creer.

**

LA EXORCISTA

Mi vida parece sin misterio y
monótona
a quienes me ven
de paso a la oficina
en las mañanas apuradas.
La verdad es muy distinta.
Cada noche debo salir a pelear
contra un espíritu malvado
que, valiéndose de
disfraces -perro, grillo,
nube, lluvia, vago,
ladrón- trata de
infiltrarse en la ciudad
para estropear la vida humana
sembrando
la discordia.
A pesar de sus disfraces yo
siempre lo descubro
y lo espanto.
Nunca ha conseguido engañarme
ni vencerme.
Gracias
a mí, en esta ciudad
todavía es posible
la felicidad.
Pero los combates nocturnos me
dejan exhausta y magullada.
En pago de mis
refriegas contra el enemigo,
les pido unas sobras
de afecto y amistad.

**

SUSPIRÓ

Suspiró,
abrumado por los niveles de
imbecilidad
que padecía el mundo.


**

LA INCERTUDUMBRE EN UNA MARGARITA

La incertidumbre es una margarita
cuyos pétalos no se terminan jamás
de deshojar.



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