Quinquela Martín

lunes, 29 de junio de 2020

Amado dueño mío de Márgara Russotto

Esa ignorante mujer cuyo estudio no ha pasado de ratos lame la sal de la ausencia y te extraña y agita su celo de perra en la calma espera tanta.

Corta las venas
la aguda canción de las estrellas heladas.
Es tan tarde y no vienes oh amigo oh Fabio mío
Inclínate a ella una vez más te pido. Sopla en este árido barro, que no lo disperse el viento este polvo exasperado.
Erízala toda, recógela en el cuenco de tu mano, dale su exacta forma tal cual esta esmaltada jarra que ayer no más tocó tus labios.
Hazla esa cosa simple, duradera confiable, centrada en la donación de sí, libre de distracciones y dispendios raros y oh amado dueño mío
despiértala, oh sí despiértala sin piedad aunque llegases tarde demasiado.

Márgara Russotto, poeta venezolana.

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